Llevar un mejor control de los cultivos con información más detallada y precisa es uno de los grandes beneficios que están ofreciendo los drones a todos aquellos que los utilizan en sus cultivos.

Con imágenes tomadas desde el cielo, los agricultores pueden conocer el estado de sus cultivos, tales como salud, plagas y otro tipo de información que puede ser crucial para alguna siembra que tenga alguna enfermedad o esté repleta de insectos que afecten al cultivo.

Por medio de drones, se puede llevar un mejor registro histórico de la siembra, y así, poder saber cómo se están desempeñando los cultivos año con año.

Otro de los beneficios de los drones es que permiten detectar propiedades de la tierra tales como son la humedad, la cantidad de fertilizante y hasta la cantidad de pesticidas que se deberían usar en una parcela de forma más precisa.

Los drones como el tercer ojo de varias industrias

La agricultura no es la única que está sacando provecho de los drones, la logística, minería y hasta la construcción son otras de las industrias que están empezando a implementar los drones en su día a día. Muchos los han adoptado como “el tercer ojo” pues les permite darse cuenta de cosas que anteriormente les era imposible ver.

Darles un constante monitoreo a las plantas, cómo van creciendo y la calidad de los cultivos es información que le interesa a cualquier persona que vive del campo.

El problema radica en que muchas personas aún no ven a los drones como una herramienta esencial y lo siguen viendo como un juguete más. Por suerte, poco a poco ha ido cambiando esta idea y más personas han comenzado a usar drones en sus actividades agrícolas.

Los cultivos más populares para usar drones son las uvas en los viñedos, pero también se ha incrementado el uso de drones en cultivos como aguacate, berries y hasta en el trigo.